AMIGO FERNANDO
Fernando La Mata ha decidido dejar la primera fila de la
política regional, al no poder dar “ el 100 por 100” como él mismo ha dicho. No
es una buena noticia para quien de verdad cree en un proyecto regional vivo,
solidario, social e igualitario, y sobre todo para el que cree en la política
con mayúsculas. Fernando ha sido y es uno de sus referentes más sólidos.
Todos sabemos que Fernando ha jugado a lo largo de los
últimos años un papel crucial en temas esenciales para esta Comunidad Autónoma
y en especial para el desarrollo y consolidación del Estado del Bienestar, especialmente el
sanitario y el social.
A él, junto a
Roberto Sabrido, debemos el profundo cambio experimentado en la Sanidad pública
regional desde el 2000, hasta situarla como la más reconocida y prestigiada de
España y de la que hemos disfrutado todos los castellanos manchegos. Lo
mismo ha ocurrido con la implantación de la Ley de la Dependencia o con el
desarrollo de los servicios sociales. (¡Lo
que están haciendo los que nos gobiernan con todo ello no tiene perdón!).
A lo largo de estos últimos 14 años me ha tocado, desde
las dos responsabilidades que he ocupado a nivel regional, sentarme con
Fernando en multitud de ocasiones para analizar, discutir, negociar y acordar.
Siempre he encontrado en él, a la persona sabia, profunda, constructiva y
cordial, que conocía el tema a debatir. Siempre ponía por delante el interés general;
sabía escuchar y atender a las reflexiones, a las ideas y a las propuestas que
se le realizaban. Siempre buscaba el punto de encuentro, de convergencia, que
permitiera alcanzar el acuerdo.
Pero junto al político horado, capaz, entregado, leal y
solidario, siempre ha estado la persona sencilla, cercana, amable, sensible y
familiar. Yo diría que por encima del político siempre sobresalía la persona.
Conversador incansable, profundo, riguroso, ávido siempre
de conocer la opinión de los demás, y extraer del amigo, del compañero, su
pensamiento más íntimo.
A lo largo de estos años he tenido el privilegio de
conocer y compartir proyectos con el político, pero de forma muy especial con
la persona y el amigo. Con todos me quedo.
He tenido el privilegio conversar de lo divino y de lo
humano paseando las calles de Toledo, o las de Albacete, o por el campo; y el
de sentarnos alrededor de una mesa a tomar un café, a comer o a cenar. Y
siempre, al poner en común ideas y proyectos, al analizar la situación política
regional o nacional… siempre los jóvenes y su futuro estaban en la
conversación;
¡Y como no!. Sus versos, sus poesías que reflejan su
forma de sentir, de pensar, de vivir, de
ver y analizar la realidad. Y siempre para acabar la velada, aparecía su voz
firme y segura que entonaba un tango que le devolvía a su Buenos Aires querido.
De todo esto y de su amistad he disfrutado estos años y
también de sus tortillas. Seguro que lo vamos a seguir disfrutando por mucho más
tiempo.
Su herencia está ahí y aunque algunos personajes
irresponsables, ávidos de revancha, sin escrúpulos, intenten tirarla por
tierra, no lo van a lograr. Vemos hoy como esta derecha desnortada, insensible e
incapaz para construir un país mejor quiere vilipendiar y destruir todo ese trabajo.
¡Él como yo, y
como la inmensa mayoría de los ciudadanos vamos a intentar impedírselo!.
Hace dos semanas, con motivo de una conferencia que dio
en la Facultad de Medicina, estuvimos un buen rato juntos. Nos trasladó a Reme
y a mí su decisión de dejar la política activa regional. Y el pasado día 12, en
el entierro del buen y común amigo Luis Miguel Maza me lo confirmó. De nada me
valieron los intentos para disuadirlo: la decisión la tenía meditada y
adoptada. Al final comprendí sus profundas razones.
En un correo me decía ayer que él, como yo, iniciaba una
nueva etapa en su vida, como Funcionario en la Administración Sanitaria de
Madrid y que tan pronto como estuviera situado, debíamos buscar un hueco para
realizar una escapada. Estoy deseándolo, porque un rato de conversación suya,
es un rato en el que se aprende, se refuerzan ideas y proyectos y se toma
impulso para seguir con el compromiso de dar la batalla por una sociedad mejor.
Estoy seguro de que Fernando, desde ese nuevo proyecto de
vida, junto a Pepa, va a seguir aportando lo mejor de sí mismo para esta región,
para el País y para un proyecto global de izquierdas que nos une.
JUAN ANTONIO MATA MARFIL.
(Albacete, 18 de Abril de 2012)
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