JUAN ANTONIO MATA MARFIL
juanantoniomata.blogspot.com
Manifestacion contra la reforma laboral. |
El pasado 12 de febrero se
cumplieron dos años de la entrada en vigor del Real Decreto Ley, posteriormente
convertido en Ley, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral.
En el preámbulo del mismo (ver)
se afirma que la razón de los profundos
cambios operados en la Ley
se deben a que desde el inicio de la crisis en
“España se ha destruido mas empleo y mas rápidamente que en las
principales economías europeas…” y “…que la destrucción de empleo ha sido mas
intensa en ciertos colectivos, especialmente los jóvenes, con tasas de paro del
50 por ciento…” y que “…el desempleo de larga duración…es también mas elevado
que en otros países de la UE.. ”,
al mantener “… una tasa de temporalidad de casi un 25%, mucho mas elevada que
el resto de nuestros socios europeos…que es del 14%...”.
Por ello afirma que era necesaria
esta reforma para “…fomentar la contratación indefinida y la creación de empleo..”,
y “...promover la contratación por PYMES y de jóvenes…”, para
dar mayor estabilidad y seguridad al empleo, a través de la “flexiseguridad”,
siendo por tanto una reforma “…en la que todos ganan, empresarios y
trabajadores y que pretende satisfacer mas y mejor los legítimos intereses de
todos”.
Hoy, dos años después de su
entrada en vigor es necesario pararse siquiera por un momento para analizar si los
objetivos enunciados por el Gobierno se han cumplido o si por el contrario las
afirmaciones realizadas por las organizaciones sindicales y por multitud de analistas, han demostrado lo
contrario: que la ¿reforma? ha servido
para todo lo contrario, para destruir aún mas empleo, especialmente estable y
de calidad, para incrementar la precarización del mercado de trabajo, para
rebajar los salarios, para deteriorar la negociación colectiva y para romper,
en definitiva, el cierto equilibrio existente en las relaciones laborales a
favor de una de las partes, al darle todo el poder al empresario.
Con carácter previo a este
balance, quisiera hacer unas breves consideraciones de carácter más general.
La primera es de perogrullo, pero
necesario reflejar. Siempre entre los objetivos de una reforma está el interés
por mejorar lo ya existente, para hacerlo mas útil, mas cómodo y mas seguro
para sus usuarios. Pero esta reforma no ha cumplido estos objetivos, ya que lo
realizado no ha sido una reforma, sino que se ha destruido lo esencial de lo
existente para construir algo nuevo, pero no para todos, sino tan solo para el uso
y disfrute tan solo de una parte. No se le puede llamar reforma, a aquello que
termina empeorando lo existente y hace inviable la convivencia entre quienes lo
habitaban.
La segunda, es afirmar que en la
relación entre capital y trabajo existe desde siempre un fuerte desequilibrio a
favor del primero y que el derecho del trabajo y el conjunto de normas y
derechos laborales que se han ido estableciendo en el mundo desarrollado, también en España, han
intentado hacer que ese desequilibro disminuyera. Esta ha sido y sigue siendo
la pelea desde siempre de los trabajadores y del movimiento sindical.
Precisamente el Estatuto de los Trabajadores, que se aprueba al inicio de la
transición política, año 1980, tenía como objetivo central dar un marco estable
a las relaciones laborales, al tiempo que intentaba desarrollar y modernizar las
mismas, reduciendo las imposiciones de los primeros y mejorando los derechos de
defensa de los segundos.
La tercera, vinculada con la
anterior es que no debemos olvidar que con esas reglas laborales nacidas del ET,
tan denostadas y criticadas por este Gobierno, su partido y la patronal, hemos construido en estos 35 años
de democracia un país avanzado, moderno, con mas empleo, con mas derechos y con
cotas de bienestar muy superiores a las que existían cuando se aprobó aquella
norma, permitiéndonos acercarnos a la media europea.
La cuarta es el papel jugado en
ese cambio por los trabajadores y sus organizaciones sindicales, por CC.OO. y
UGT. Se ha afirmado y creo que con razón, que el dialogo social ha sido uno de
los valores intangibles mas importantes de los que nos hemos valido para
nuestro desarrollo y progreso y que Rajoy y el PP en su conjunto ha
despreciado, vilipendiado y denostado.
Y la última, dejar sentado que
esta crisis no la han creado ni los trabajadores, ni los sindicatos, pese a que
somos las autenticas victimas y que la estamos sufriendo en nuestras propias
carnes, vía paro y vía pérdida de derechos. Los auténticos responsables tanto
en el terreno político como en el económico no solo no la están sufriendo al
mismo nivel que los trabajadores sino que se están beneficiando de ella, al
tiempo que saliendo reforzados política y económicamente.
Son muchos los análisis y
estudios realizados en estos días y todos, absolutamente todos, salvo los
realizados por el propio Gobierno y algunos de sus voceros que no se los cree
nadie, coinciden en que esta reforma solo ha servido para destruir mas empleo,
abaratar el despido, precarizar los
nuevos empleos, rebajar salarios y romper, en definitiva, el marco de derechos
laborales y sociales existentes y con ello el equilibrio entre capital y
trabajo.
La realidad de nuestros Polígonos Industriales |
Los datos reales, por más que se quieran enmascarar, lo dicen todo.
(Ver
estudio Fundacion 1º de Mayo) Se han destruido en estos dos años 1.354.644
empleos; los asalariados han disminuido en casi 600.000 mil y de ellos 375.000
era puestos fijos y a jornada completa; la población ocupada ha pasado de
18.100 millones a 16.700.000; el 93 por ciento de los contratos efectuados son
precarios; y el 30 por ciento de los contratos indefinidos son con jornadas a
tiempo parcial; los parados según la
EPA del ultimo trimestre siguen en torno a los 6.000.000, habiendo
aumentado en estos dos años en 989.800 trabajadores, situándonos en una tasa de
desempleo en el 26.5 por ciento, lejísimos del 12 europeo, sin tener en cuenta
los 300.000 que se calculan que se han
marchado al extranjero, bien de jóvenes o de emigrantes que han vuelto a su país,
además de los llamados parados desanimados; 1.832.000 hogares tienen a todos
sus miembros parados; el paro de larga duración (mas de un año) se sitúa en el
58.5 por ciento, habiendo aumentado mas de 5 por ciento; en estos dos años la
tasa de cobertura del desempleo ha caído en mas de un 3 por ciento, siendo en
estos momentos cerca de 4 millones los trabajadores que no cobran (el 81 por
ciento de los jóvenes parados menores de 30 años, o el 51 por ciento en el caso
de los mayores de esta edad).
A todo ello habría que añadir que
en los centros de trabajo las condiciones de trabajo se han deteriorado, habiéndose
perdido en estos años de crisis mas del 17 por ciento del poder adquisitivo de
los salarios; o que muchos trabajadores tienen sus convenios sin negociar, pese
a que están vencidos y en peligro sus condiciones de trabajo como consecuencia
de la ultraactividad de los convenios regulada en la reforma; al tiempo que los incrementos salariales de los convenios colectivos
durante estos dos años no han llegado al 1 por ciento, pese a que la inflación
ha sido muy superior. Los expedientes de regulación de empleo han aumentado
fuertemente, fruto de una política de ajuste económico y de las facilidades dadas por esta reforma
laboral. Se están dejando morir multitud de empresas sin que por parte de los diferentes
gobiernos se este moviendo un dedo para
evitarlo. Todo lo contrario. Ahí tenemos algunos ejemplos: Coca Cola, Solaria,
Gamesa, Roca, Geacam, Tele Madrid, Canal Nou,
y un largísimo etc.
Manifestación de los trabajadores de Coca Cola |
Esto es lo que Rajoy y el PP, nos
han preparado para el futuro, y que a nosotros, los trabajadores nos toca hacer
frente para evitarlo si queremos recuperar no solo los derechos, sino también
la dignidad. Esta si que es la verdadera
herencia que nos quieren endosar, que nos van a dejar, salvo que los
trabajadores en su conjunto, junto con las organizaciones sindicales, seamos
capaces de hacerles frente de verdad en todos los campos en el económico, en el
social y en el político. Nadie va a venir a hacerlo por nosotros, que quede
claro.
Y ello me lleva a afirmar, antes
de finalizar, que el sindicalismo se clase siempre ha sido el instrumento necesario
que los trabajadores hemos tenido para la defensa de nuestros derechos y que hoy
son mas que nunca imprescindibles, si queremos de verdad parar estos recortes y
recuperar el camino perdido.
Albacete, 17 de Febrero de 2014
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