JUAN ANTONIO MATA MARFIL
AL HILO DE LA SEMANA.
Uno de los actos multitudinarios de Pedro Sanhcez |
Tras más de
seis meses desde aquel Comité Federal del 1 de Octubre, el pasado día 21 los
militantes socialistas fueron a las urnas y votaron masivamente, cerca del 80
por ciento. Y lo hicieron dando una lección de madurez democrática y de
libertad que conviene saludar.
El resultado
viene a demostrar que las bases del PSOE estaban totalmente divorciadas del aparato
del partido, de sus líderes territoriales actuales y de sus líderes históricos.
Han votado diciendo no a todo ello, y apostando decididamente por Pedro
Sánchez, por otro modelo de partido y por otra política muy diferente a la
practicada últimamente.
Y además lo
han hecho de forma clara votando a Pedro Sánchez, tanto en
porcentaje –más del 50 por ciento- como territorialmente –en 15 de las 17
CC.AA-. Y todo ello para sorpresa de propios y extraños. Ha sido una
demostración de libertad y firmeza, frente a todo tipo de amenazas, de
presiones, de anuncios apocalípticos. La inmensa mayoría de los afiliados se ha
plantado, ha votado y ha dicho a las claras que basta a la práctica de unas
políticas con las que no están de acuerdo y a unos métodos de dirección burocratizados
y alejados de los problemas reales de los ciudadanos.
¿Por qué ha
ocurrido esto?. ¿Qué razones de fondo han llevado a este divorcio entre base y aparato del Partido?. Sin duda muchas.
Tras el resultado de las primarias |
Aunque tenga
raíces mas profundas, este divorcio tiene mucho que ver con la crisis económica
de 2007, y las medidas adoptadas por Zapatero frente a ella, especialmente
entre 2010 y 2011: no plantarle cara ni a Merkel, ni a la Troika; rebaja de
salarios a empleados públicos y pensionistas; reforma laboral, reforma exprés
de la Constitución; apretar solo a las clases medias y trabajadoras y poco o
nada a los de arriba, a las pudientes; no haber entendido bien las razones de
fondo del 15M, y un largo etc.
Todo ello da como resultado una fuerte pérdida de credibilidad social y electoral del PSOE, concretada primeramente en las elecciones Municipales y Autonómicas de 2010 y posteriormente en las Generales de 2011, donde el PP gana por mayoría absoluta en todas ellas. Con el poder político en sus manos el PP inicia una etapa de fuertes recortes sociales, laborales, poniendo en peligro el Estado del Bienestar y los derechos conquistados durante años, y al tiempo que se limitan de las libertades individuales y colectivas. Pese a la fuerte contestación social, especialmente por los sindicatos de clase y las diferentes mareas, Rajoy y sus gobiernos persistieron en esa política de recortes y de eliminación de derechos.
Tras esos
largos cuatro años de gobierno del PP, en 2015 los ciudadanos cambiaron con su
voto el mapa político español, castigando al PP y al PSOE y dando entrada a dos
nuevos partidos -Ciudadanos y Podemos-, abriendo la posibilidad de una nueva
alternativa de gobierno que pusiera al PP y sus políticas al pairo.
Los valedores de Susana Diaz |
Pero ello no
fue posible, no lo permitieron ni unos ni otros. La chulería, la bisoñez, la
inexperiencia, los intereses partidarios y cortoplacistas, los vetos y también
el bloqueo que el Comité Federal del PSOE impuso a su Secretario General, a
Pedro de Sánchez, impidiéndole que sondeara un posible gobierno con Podemos,
fueron las razones. Ante la imposibilidad de un gobierno alternativo a Rajoy y
al PP, se convocan nuevas elecciones, en las que la izquierda sale más
debilitada, y se refuerza la derecha, aunque sin apoyos suficientes para lograr
formar Gobierno.
La gota que
colma el vaso de los votantes del PSOE y especialmente de sus militantes, es la
defenestración de Pedro Sánchez, mediante una argucia estatutaria, previa a
aquel tenso, por ser suave, Comité Federal del 1 de Octubre. El objetivo de tal
maniobra fue claro: posibilitar mediante la abstención, el que Rajoy fuera
investido nuevamente Presidente, con el interesado argumento de que no se podía
ir a unas nuevas elecciones.
Acto de Pedro Sanchez en Albacete |
A todo ello
los afiliados del PSOE han dicho que no.
Pero además dicen si, a un nuevo
proyecto político socialdemócrata y de izquierdas, a una nueva dirección, a
nuevos métodos de trabajo, a la claridad y la firmeza, a un compromiso entre lo
que se promete y se hace, a una nueva forma de hacer y entender la política, en
definitiva. Y además lo han hecho con un grado de movilización y de ilusión que
ha sorprendido al propio aparato del PSOE, al conjunto de sus cargos públicos y
a los poderes mediáticos que han estado y están apoyando esta solución.
¿Y ahora que
hacer, como canalizar y administrar ese gran capital humano y político
acumulado? Es evidente que no se debe entrar como elefante en cacharrería, pero
tampoco dar la sensación de que aquí no ha pasado nada y que las estructuras
territoriales y provinciales están bien como están y que se ha de seguir
haciendo la misma política. En esta ocasión el maquillaje no puede ni debe
valer.
Ahora toca unir |
Es evidente
que hay que unir al partido, pero hay que unirlo a un proyecto, a una dirección
fuerte, capaz y respetada dentro y fuera del partido, pero que a su vez esta
sea ágil, dinámica, cercana a los militantes, a los votantes y a los
ciudadanos, poniendo fin a un sistema burocratizado como el que se conoce en
muchos lugares donde el que quien piensa y opina diferente es ninguneado,
cuando no laminado; un partido en el que sus dirigentes estén en la calle, con
los ciudadanos, con sus inquietudes, con sus problemas. Y además elaborando una
propuesta política, económica y social, capaz de ilusionar a la mayoría de la sociedad,
sabiendo que los intereses de los más débiles, de los trabajadores, de las
mujeres, de los jóvenes, de los pensionistas, de las clases medias y
trabajadoras debe están muy por encima de los intereses de los poderosos, de
los ricos, de los de siempre, en definitiva.
Así, y
poniendo fin de una vez a la corrupción, se recuperara la credibilidad en la
política y en los políticos, en las instituciones democráticas. Y así será como
se crearan las condiciones políticas y sociales necesarias para terminar de una
vez con esta derecha que ha estado, está y estará siempre al servicio de los
poderosos y no de las clases populares. A este proyecto hay que llamar a todos
a implicarse, especialmente a los jóvenes.
No es tarea
fácil, hay que hacer encaje de bolillos, hay oír mucho, tener mano izquierda,
pero es lo que toca hacer a quienes han recibido la confianza los militantes
del PSOE.
Y todo ello
deberá verse con nitidez en la segunda parte, en el Congreso Federal del PSOE
del mes de Junio.
Albacete, 26
de Mayo de 2017.
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