En aquel momento era
Secretario general de CC.OO. de Castilla-La Mancha y estar al frente del
problema y especialmente de los trabajadores era incuestionable. Tuve
conocimiento del accidente poco después de las 8.30 de la mañana cuando me
disponía, junto con mi familia, a iniciar mis vacaciones. Ya estaba en el coche
dispuesto a comenzar la marcha, cuando la periodista de RN, creo que Nuria Ruiz,
me llamó por teléfono para preguntarme por el hecho. Era la primera noticia que
tenía sobre el terrible accidente.
A partir de aquel momento, la tensión y
preocupación fue absoluta. Intenté conocer que había pasado, y decidir que
hacer, y para ello contacte inmediatamente con Jesús Camacho, con Chencho, José
Luis Gil, Toxo, Fidalgo, con Joaquín Hermoso, con el consejero de Industria y
Trabajo y con tantos y tantos responsables políticos, sindicales, empresariales
e institucionales.
Todo ello fue en el trayecto a Málaga, ya que decidí ir
allí, dejar a mi familia y volverme inmediatamente hacia Puertollano. Llegue a
media tarde y de donde no me marche hasta cinco días después, concretamente tras
la manifestación del 18. No hace falta decir que la prioridad total y absoluta
durante los días posteriores también fue el accidente.
Tras llegar a
Puertollano, donde me estaban esperando los compañeros de CC.OO., visitamos la
empresa, estuvimos en el lugar de los hechos. La imagen era dantesca. Me reuní
con los responsables de CC OO. de Puertollano y Ciudad Real, con la sección
sindical, con representantes de las contratas, y acordamos entre otras cosas,
pedir una reunión urgente con la dirección al máximo nivel de Repsol.
Nuestro
objetivo fue desde el primer momento el conocer en profundidad las causas del
accidente, determinar responsabilidades y establecer medidas claras y concretas
para que hechos como aquél no volvieran a ocurrir ni en Puertollano ni en
ninguna planta petroleoquímica y en segundo lugar cómo actuar ante todo ello. La
tensión era máxima en todos los sentidos y muy especialmente por el riesgo real
de nuevas explosiones, de que el incendio se propagara y siguiera causando
víctimas. Había un gran deposito, creo que de gas licuado, muy cerca del fuego.
Y la tensión también lo era en y con los trabajadores, muy especialmente con los
de las contratas que prestaban servicios a Repsol.
Al día siguiente nos reunimos
con la dirección de la empresa, quiero recordar, aunque no es seguro, con el Sr.
Cortina, Presidente del grupo Repsol y le exigimos el que se creará una comisión
de investigación para determinar las causas, responsabilidades y medidas de
futuro, cómo así se hizo. Exigencia que hacíamos extensible a la Consejería de
Industria y Trabajo de CLM.
Los ciudadanos de Puertollano vivieron con el
corazón en un puño los primeros días hasta que el riesgo de extensión y nuevas
explosiones había desaparecido y salieron en masa a la manifestación que los
sindicatos convocamos para el 18, no sin bastante tensión previa.
Meses después
se inició un gran conflicto laboral en la planta de Repsol a consecuencia de la
falta de acuerdo en la negociación de un convenio colectivo que regulará las
condiciones laborales de los trabajadores de las contratas. No tengo la menor
duda que el accidente mucho tuvo que ver, por decir todo, con aquella
movilización, y su éxito, que se saldó con un acuerdo histórico tras cinco días
de huelga, que también me tocó vivir en primera persona.
homenaje anual a los fallecidos |
Hoy 20 años después,
recordar a las víctimas y sus familias es imprescindible y al mismo tiempo
seguir exigiendo las medidas de prevención necesarias para que, incluso pudiendo
haber un error humano, accidentes como el que nos ocupa no se puedan producir en
un futuro.
Albacete, 14 de Agosto de 2023
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