JUAN ANTONIO MATA MARFIL
juanantoniomata.blogspot.com
Se cumple ya más de una semana de huelga
de la limpieza viaria y jardinería en Madrid. No se sabe cuánto va a finalizar, ya que las posibilidades de acuerdo están todavía lejanas.
Las razones de la misma son simples: se
quiere despedir a 1.144 (un 20%) de los 6000 trabajadores de plantilla
–ya se despidieron 350 este verano y otros 1000 el pasado año- y reducir los
salarios, después de lo ya reducido a lo largo de 2010 y 2011, no solo en más
de un 10 por ciento, sino en pérdidas de multitud de derechos consolidados del
Convenio. El salario medio de estos trabajadores no alcanza los 1.000 euros
mensuales.
¿Porque se quiere despedir a estos mil y
pico trabajadores y reducirles el sueldo y sus derechos al resto?: Muy
sencillo. Por un lado el Ayuntamiento de Madrid sacó a concurso la nueva
concesión de la limpieza viaria y jardinería reduciendo la cantidad que
anteriormente pagaba en más de un 20 por ciento (ya había rebajado anteriormente
otro 20%) y las empresas, pese a ello, participan en el concurso rebajando un
16% sobre la cantidad inicial del pliego. Evidente: el conflicto laboral y
social estaba servido. Las empresas saben que los servicios que han obtenido
son totalmente deficitarios, por lo que intentan trasladar a las costillas de
los trabajadores el mismo, por la vía de despidos y de reducción de
las condiciones de trabajo, incluidos los salarios.
Ante esta situación ¿qué tienen que hacer
los trabajadores y sus sindicatos de clase? ¿Callarse y aceptar las condiciones
que las empresas y el Ayuntamiento quiere imponerles? O por el contrario
¿intentar oponerse y defender el empleo y las exiguas condiciones de trabajo
que tienen?. Para cualquier persona sensata está claro: defender su empleo y
sus salarios. Lo contrario sería una irresponsabilidad.
Me consta que los sindicatos han estado y
están intentado negociar hasta la saciedad, pero las empresas, con la pasividad
y connivencia del Ayuntamiento de Ana Botella, no han cejado en sus
planteamientos: trasladar a los trabajadores el déficit de la concesión, por lo
que éstos no han tenido otra salida que negarse a aceptarlo y convocar la
huelga.
Ellos, los trabajadores, y los sindicatos
convocantes saben lo delicado que es una huelga de estas características, de
las incomodidades que ocasionan a los ciudadanos, y de las críticas que pueden
recibir, pero no les han dejado otra salida que la de pelear por su empleo y
por su pan. Por eso necesitan hoy más que nunca el apoyo y la solidaridad de
los madrileños y de los que no somos de allí.
Los responsables de todo lo que está
pasando con esta huelga, la tienen tanto su Ayuntamiento, con su Alcaldesa, Ana
Botella, a la cabeza, por reducir el pliego en las cantidades que lo ha hecho,
como las empresas concesionarias, que al aceptar la concesión en esas condiciones
económicas eran conscientes -se les advirtió previamente por lo sindicatos- del
conflicto en el que se estaban metiendo no solo ellas, sino a los trabajadores
y a los ciudadanos de Madrid.
Que se le vaya a todo el mundo de la
cabeza, conflicto no se va a solucionar ni con policías, ni con represión, ni
con detenciones, ni con provocaciones y mucho menos demonizando a los
trabajadores y a los sindicatos, como están intentando hacer desde el Ayuntamiento,
al hablar de violencia y de piquetes en lugar de propuestas y soluciones. Para
violencia la suya al intentar mandar al paro y al hambre a otros mas mil
trabajadores.
Este conflicto empezará a tener visos de
solución cuando el Ayuntamiento sepa y entienda que con estas cosas tan
delicadas, como es el empleo y el pan de los trabajadores no se puede jugar y
que en sus manos, exclusivamente en manos, está la solución anunciando, por
ejemplo, la retirada del ERE y sentándose a negociar propuestas serias. La
actitud de Ana Botella en relación a este conflicto es además de vergonzosa,
intolerable: lo provoca, y ahora quiere dejarlo podrir, cuando la que de verdad
apesta es ella.
No quisiera terminar sin una reflexión,
que está en el corazón mismo de este conflicto, de otros muchos que ya ha
habido y de los que están a la puerta de iniciarse.
Me explico. Desde que el PP está
gobernando la mayoría de Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales, Gobiernos
Autónomos y Gobierno de este país, entre otros muchos de los recortes que ha
venido acordando e imponiendo, ha habido uno muy agresivo, aplicado con saña
diría yo, contra todos los servicios públicos ya externalizados o privatizados
de dichas Administraciones y que afectan a miles y miles de trabajadores y
trabajadoras –limpieza viaria, recogida de basura, jardines, limpieza de
edificios públicos, ayuda a domicilio, vigilancia, mantenimiento, et.-, y que
han consistido en lo mismo que ha hecho el Ayuntamiento de Madrid: reducir en
estos dos años las condiciones económicas de las diferentes concesiones de
servicios en más de un 30 por ciento de promedio, que las empresas han admitido
a pies juntillas e inmediatamente han intentado trasladar a los trabajadores
vía despidos y reducciones de sus condiciones de trabajo, importándoles un
bledo que tales reducciones afectaran negativamente a los diferentes servicios.
Es por tanto un conflicto mucho más
amplio. El mismo está teniendo su expresión más clara en Madrid, pero que si
los diferentes Gobiernos del PP no terminan de una vez con esa política de
recortes y ajustes sobre los servicios ya privatizados y las empresas no se
niegan a participar de esta política, va a seguir abierto en muchos más lugares
y servicios y que seguiremos sufriendo los trabajadores afectados y la mayoría
de los ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario